Antoine Saint-Exupery

jueves, 3 de julio de 2008

Abriendo los ojos

¿Sabéis que es peor que no conocer a una persona que es muy importante en tu vida? Pues conocerla de sobra y pensar que las circunstancias de la vida le hicieron así y que con el tiempo cambiara.

Hay miles de casos en las que las mujeres maltratadas por sus maridos los justifican diciendo que ella tiene la culpa, que él tuvo una mala infancia o mil sandeces más. ¡BASTA! ¡ABRID LOS OJOS DE UNA VEZ!

Pues mi caso no tiene nada que ver, yo hace muchos años que conozco a una persona y pensé que con los años cambiaría y que me miraría de otra forma. ¡ILUSA DE MÍ! Siempre hice lo que quería y así sin darme cuenta fui condenando mi juventud.

Ahora cerca de la treintena me he dado cuenta de que este ser es un falso, egoísta y manipulador, que cuando más lo necesite me dio la espalda y que me utilizó siempre.

No soy rencorosa, nunca lo he sido pero con los años vas aprendiendo que hay cosas que no se pueden olvidar y mucho menos perdonar.

Ahora mi mejor amigo me llama Lady Ice porque dice que soy mu
y fría y casi incapaz de sentir. Y es que el tiempo te va endureciendo el carácter.

4 comentarios:

Laura dijo...

A veces me gustaría ser fría y no sentir, pero sigo siendo de carácter medio-débil. Qué le vamos a hacer? Saludos.

Álvaro dijo...

El tiempo endurece el carácter, eso es cierto, y te hace más frío y distante ante aquellas personas que se aproximan a tí. Pero basta sólo una pequeña brecha para que alguien consiga penetrar y hacerte apartar (que no olvidar) todo aquello que te volvió de ese modo.

Todos tendemos a equivocarnos. A fijarnos en las personas menos indicadas, a pensar en la bondad del otro, a creer que todo cambiará... a cometer los mismos errores una y otra vez. Quizás es eso lo que nos hace humanos.

Lo que es cierto es que el hecho de equivocarnos es señal de que somos libres. Ser libres nos permite abrir las alas, decidir por nosotros mismos. De arriesgarnos. Podemos tener la certeza de que nos surgirá alguna cicatriz, pero no por eso debe ser algo malo. Las cicatrices surgen cuando dejamos que la vida nos toque, cuando llevamos a cabo uno de esos actos que seríamos incapaces de realizar sin atrevimiento o arrojo. No tienen por qué ser dolorosas, pero sí debemos tener la certeza de que éstas calaran hondo en nosotros, y hay que aceptarlo.

Tú lo has aceptado. Te arriesgaste y te dolió, pero eso ahora te hace más fuerte.

Un beso.

Álvaro dijo...

Joer, ahora que me releo el comentario... menuda chapa que te he soltado.

No volverá a pasar, ha sido culpa de un café en mal estado y un exceso de sol en toda la cara.

Beneva dijo...

Hola a los dos:

Laura yo no siempre soy fría, pero en la mayoría de las veces sí. Y es que la gente me hizó así de dura pues hace unos años no era así para nada. Eso sí lo sigo dando todo por la gente que merece la pena.

Alvaro no pasa nada con el comentario, es más ME ENCANTO, creo que fue el comentario más bonito que he leido hasta ahora (sin desmerecer a los otros claro), así que si vas a dejarme comentarios tan bonitos como estos explayate todo lo que quieras.

Un besazo a los dos.